Extraño mi primera pega, mis pololeos de adolescente, tener menos ponchera, extraño tantas cosas y no me da pena recordar, sino una rabia tremenda de no haber hecho las cosas bien, no haberlas disfrutado lo suficiente, de haber sido tan pendejo y seguir siendolo. Extraño mi inocencia y me desespera no estar consiguiendo objetivos suficientes para lograr sentirme así de bien.