Desde que un amigo que regaló unos gramos, comencé a experimentar con las microdosis para ver si hacía algún efecto positivo en lo anímico y la psique porque no estoy bien desde hace un buen tiempo.
De primera, mi humor cambió a momentos de risas discretas y un optimismo que parecía calmarme y tomar de mejor manera las cosas.
Los estados no se han alterado como lo pensaba y se han reducido a la típica sensación de estar en un bote o que los espacios se vean más grandes. Más allá de eso no me he atrapado e incluso siento que le caigo mejor a la gente en este estado, puedo trabajar bien y concentrado, se siente bacán tener el control de todas estas sensaciones, de hecho, las manejo mejor que cuando fumaba maría.
Ya sobrio, entro en un estado de sosiego y somnolencia que me agrada.
Pensaré seriamente en continuar con este tratamiento para superar mi depresión o bajones anímicos que siempre son eternos, hasta me ha hecho olvidar la necesidad de recurrir al alcohol como anestesiante donde al final terminaba borrado y más angustiado que antes.