Estás enfermo del chape, disfórico. De partida, tienes que competir con todos los salones de estética latina que ya existen en EE.UU. y que han instalado dominicanos, costarricenses, venezolanos, colombianos, mexicanos, panameños, salvadoreños, chicanos...
Eso, sin mencionar que tienes que competir con trapos del estilo de Sarina Valentina y Brittney Kade por conseguir una pichula gringa.