Como por ahí dicen que hija de tigre sale rayada, de seguro la cachorra es tan caliente como la madre y ella, vieja zorra, quiere proteger la inversión que ha hecho en la crianza. Claro, no sería muy agradable que la pendeja se hiciera adicta a la pichula de un flaite o de un inmigrante de baja estofa. Para eso, la hija tendrá la oportunidad de descarriarse cuando estudie en el extranjero, donde no la conozca nadie y pueda dedicarse a culiar en el anonimato.