Hace años que no esnifo, recuerdo que las primeras veces no paraba de hablar y me sentía como un Dios en esos momentos, después con el tiempo ya no me hacia nada y me empezaron a dar unos bajones cuaticos. Crucé el limite cuando invité a unos hueones a mi casa después de un carrete solo porque tenían coca, ni los conocía, de ahí nunca más la toqué. Mis amigos siguieron y hay uno que no creo que pase los 35 años porque está muy adicto.