aun saliendo de mi casa , cuando me cruzo con una mujer con una pizca de atractivo, me cuesta no verla como carne. las de atractivo más despapanante a veces me hacen rebolotear los ojos.
imaginar las clases de chantajes o falsas acusaciones de las que puedo ser sujeto por puro andar de mirón automáticamente me desinsentiva.
al final adopto una actitud distante y fria con todos en general porque de puro ver a las mujeres me acumulo altiro, y así evito tanto deseo. cuando toca ir a la oficina mínimo son sus 3 pajas a escondidas, tanto por el estres como para bajar la calentura de las hembras avistadas. siento que una polola no alimentaría ese específico apetito.
pero eso que dice el op no es amor, puta que es aweonao.