En el orden natural medieval una mujer de 30 años ya era considerada vieja y un hombre de +30 años ya era un anciano, que ya había pasado por alguna peste y varias guerras, ya no podía trabajar en forjando espadas con su padre, solo le quedaba retirarse.
Por eso en el orden natural los matrimonios se consensuaban desde el nacimiento y a los 16 hombres ya eran padres, a los 30 ya estaban contando los días para que su hijo de 14 años cumpliera 16 y se casara y trajera nietos.
A los 34 un hombre ya cansado tras tantos años de trabajo y guerras era recompensando con ver a sus nietos crecer.