>>131030
Lukas fue mi amigo, mi confidente y mi mano derecha. Lo ví caerse en el abismo, intenté darle una mano para que saliera de la paranoia, las alucinaciones y la adicción al sexo pagado. Lo escuché maldecir a su hermana y madre por ser unas intrusas, mientras les tiraba una botella de vidrio en sus caras. Nunca lo ví llorar, pero si lo ví desesperado. Dejamos de hablar un año antes de su suicidio porque me robó dinero. El estaba destinado a ser un infeliz. No me arrepiento de haberlo quitado de mi vida porque era un mentiroso, ladrón y manipulador.