La técnica que tantas satisfacciones me dio es extremadamente sencilla. Hasta me da vergüenza contarla. Consiste en autoconvencerse de que uno está de novio. Te imaginás a una señorita. Cuanto más real, mejor. Nombre, cara, ojos, culo, gomas, carácter, domicilio, sexo, ocupación. Si es decarne y hueso, digamos Pamela Anderson, olvidate del apellido. Para ti es Pamela y estás de novio con Pamela. Es muy probable que ahora te preste más atención todavía. Es más, por ahí ese día te pide el número de teléfono. “Te doy el celular, que en casa no estoy nunca” . No mientes, despertás sospechas. Cool. Si te convenciste de que estás de novio con otra, ella también se lo tiene que creer. Te va a mirar con otros ojos. Per nunca le vas a decir que estás de novio con otra. Mentir nunca. Si ella saca conclusiones apresuradas por sí sola, es tema deella. Si te pregunta si estás de novio, le dices que no. No mentís, pero ella no te lo va a creer. Ideal. Porque les encanta cagarse los novios entre ellas. Es más, entraste en la categoría de “ transable” sólo por un cambio de estado civil. Subiste veinte puntos en el top ten de apetecibles. Además, eres un divino, la hacés cagar de risa, le das consejos sobre la pega o la ayudás a estudiar… Y tu novia seguro que es una rubia teñida, que se tiene bien merecido que se la caguen.