¡Cuánto infortunio embiste y destroza a esta miserable sobra de la naturaleza! Pero no desesperes, permíteme arrojar luz sobre tu penosa existencia. No fluye por tus venas sangre que valga la pena seguir, a menos, que portes un apellido de sonoridad anglosajona y aun así, no te emociones demasiado, difícilmente serías siquiera un lejano pariente de algún principado vasallo.
Si te atormenta la duda, pues adelante, hazte una prueba de ADN. Te costará miserables 300 dlr, un precio asequible por soñar, con raíces que te eleven de este barro. Tal vez, si tienes la dicha de pertenecer a alguna casta, consigas rastrear un pariente de linaje interesante… aunque, francamente, lo dudo muchísimo. No nacen rosas del estiércol.