Este es conocido como uno de los momentos más increíbles de la medicina. En 1922, en la Universidad de Toronto, los científicos fueron a la sala de un hospital con niños que estaban en coma y morían de cetoacidosis diabética. Imagine una habitación llena de padres sentados junto a la cama esperando la inevitable muerte de su hijo. Los científicos fueron de cama en cama e inyectaron a los niños el nuevo extracto purificado: la insulina. Cuando comenzaron a inyectar al último niño en coma, el primer niño inyectado comenzó a despertar. Uno a uno, todos los niños despertaron del coma diabético. Una habitación de muerte y tristeza, se convirtió en un lugar de alegría y esperanza. ¡Gracias Dr. Banting y Dr. Best!