La culpa es del capitalismo chileno. Unos por su parte crean negocios con la educación, abriendo un montón de vacanes porque el mercado se los permite, pero los grandes dueños del capital que están a cargo de supuestamente generar empleo, no lo crean o no al ritmo que se necesita porque siguen pegados en sus negocios de vender frutitas, piedritas y pescaditos. Un sistema capitalista con alta competencia e innovación, automáticamente va requiriendo más y más mano de obra capacitada.