El Seba recibió un regalo de Dios con su esposa, ella fachita y hasta profesora de universidad privada como la Cubillos, salvo que ella lo hacía para no aburrirse, hija de una vieja que arrienda una literal clínica a una empresa y otros inmuebles en diferentes puntos de la capital.
O sea las generaciones que vienen no tendrán que trabajar porque ya tienen la vida resuelta.