País sin pelotas. Tanto que se achoran los del Tren de Aragua y toda esa manga de mandriles subhumanos, se las dan de valientes agarrando a machetazos a civiles y putas en riesgo social. Pero cuando se trata de aforrarle un balazo a un guatón delirante que cita frases mal hechas para justificar su gobierno miserable, se cagan enteros, o probablemente tienen tratos con los zurdos, si no, no se explica que no haya aparecido algún hombre loco que le reviente la cabeza a Maduro hasta dejarlo irreconocible.