Ya hemos explicado muchas veces que la libertad de un país no está dada por el libertinaje que defienden los liberales, si no por los recursos naturales nacionalizados y la posibilidad de patria, soberanía y autodeterminación.
Cuando Allende nacionalizó el cobre Chile pasó a ser un país rico, con posibilidades de desarrollo, hoy somos un país pobre.
La riqueza no se mide con edificios o precio del dólar, si no con que cada ciudadano pueda irse a la cama sabiendo que es libre y que todo lo que está bajo sus pies le pertenece al Estado y al colectivo que llamamos pueblo.