Culpable
Es doloroso comenzar a describir lo que sucede porque las personas creemos estar seguras de lo que sentimos y de quiénes somos.
En momentos donde el dolor se apodera de quiénes somos, es difícil interpretar las señales qué nos llegan de los otros. A veces creemos conocernos y otras veces nos encontramos a nosotros mismos en escenarios, tras bambalinas, en un rincón y también en lugares que no son lugares, espacios qué no existen y que por lo tanto no conocen de distancias físicas.
¿Qué puedo hacer con este hilo que no se rompe por más que yo me aleje?, extremo del cual tomo distancia para retrasar la llegada del dolor.
¿Qué hacer con estás brasas qué se ocultan en un rincón el alma?, No se dejan ver hacia los demás pero me queman, débiles en su rescoldo.
¿Soy yo una especie de ser maligno?, me lo pregunto con seriedad, tras haber traicionado mi propia manera de pensar, nublado por el dolor y cegado por la distancia. Quisiera reparar un dolor transparente, o mas bien oculto, desconocido por quién lo padece, infligido en secreto, maldito secreto que sin embargo, persiste en un rincón del alma, arruyado con ternura una insoportable calidez.
Escribí esta porquería y acepto cualquier critica