En Todos los Trenes Van al Purgatorio hay una pasaje donde el fantasma de un viejo convence a el fantasma de una loli para culiar. La Loli encuentra el sexo fome y desabrido cuando lo compara como el papá le daba cuando bajaba del cerro cada fin de mes.
De ese fragmento se extrae que la Loli estaba en El Purgatorio del tren porque le gustaba como el papá se la servía.