>desencuentro en la Estación. Al día siguiente Lemebel y Bolaño tenían una conversación estelar en la Feria del Libro en la Estación Mapocho, cuando la Feria atraía a miles de personas. El encuentro entre Lemebel y Bolaño era el gran atractivo del evento. El cronista de El Zanjón de la Aguada pensó no asistir, pero decidió que no iba a dejar que Bolaño ocupara su espacio. Parra pasó al camarín, donde Pedro se estaba maquillando. Había una fila gigante para entrar, tanto por Bolaño como por Lemebel, las dos estrellas literarias del momento.
>sergio Parra se sentó en primera fila y vio pasar las 7 de la tarde, las 7:15, con el local lleno. Una hora después, Lemebel no salía. La gente empezó a gritar que saliera Pedro. Y Bolaño estaba en el escenario con cara de rabia. Ante la demora, la organización decide darle la palabra a Bolaño. Parra vio que “Pedro estaba detrás de una cortina mirando todo esto. Y cuando Bolaño va a abrir la boca, sale y lo deja callado. Pedro era así, dramático, una especie de diva”.
>“lemebel se sentó de lado, casi dándole la espalda a Bolaño. Le hacen una pregunta a Pedro, y dice: ‘¿Se escucha? Antes de empezar esta conversación con Robertito, quiero saludar a una gran amiga que está presente acá: Gladys Marín’. A Bolaño la cara se le descompuso”, describe Parra.
>enemigos íntimos. “Pedro decía lo que quería y Roberto decía lo que quería. Y nunca llegaron a conversar. Nunca”, reflexiona el poeta. “Al final Pedro se sacó una foto con Roberto, un abrazo muy falso. Nos fuimos a una mesa a tomar un café, con varios escritores, y Bolaño apura el tranco y me dice: ‘Me hicieron una encerrona malditos de m…’ , unos insultos fuertísimos. ‘No los perdono’, amenazó. ‘Ok, chao’, respondió Lemebel. Se da media vuelta y se va. Nunca más lo vi. Pedro tampoco”.
>de acuerdo con el socio de Metales Pesados, “hicimos un pacto con Pedro (quien falleció en 2015) de nunca hablar de lo que había pasado. Lo que sintió Pedro era que Roberto no era suficientemente feminista. Es cosa de ver su su lista de escritores favoritos y son puros hombres. Bolaño después escribe Nocturno de Chile con la historia que le había contado Pedro sobre los talleres de Callejas. Y nunca reconoció que gran parte de esa novela Pedro se la contó. Pero fue gracias al apoyo de Bolaño que Lemebel se hizo famoso internacionalmente. Lo recomendó con entusiasmo en España. Una paradoja”.
>la historia tuvo un final inesperado. “Años después, limpiando cosas en mi departamento, me encuentro con un sobre sellado que decía ‘Roberto Bolaño, Blanes, España’. Lo abro y era un disquete con poemas de Roberto que me había mandado para ver si yo podía buscar una editorial para que los publicaran. Y todavía tengo guardado el disquete, pero nunca lo he abierto”.