Es el culto del dinero obtenido por vías cuestionables, de las armas de fuego y del sexo desenfrenado, en síntesis es la idolatría del caos. Lo único que puede sobreponerse a eso es su inverso, esto es, la idolatría del orden, donde el Uno habita y eso se logra con la práctica constante para ir dispersando ese caos de manea paulatina, hasta que no le quede suelo firme donde pisar, de modo que el mundo sea revertido a un estado más estable y sano para sus habitantes.
Según dicen los creadores de contenido especialistas en el tema, al individuo común le atrae eso porque son encantamientos que apelan a los instintos más bajos, vale decir, a su estado basal de existencia primordial, mientras que a los reptilianos les interesa mucho eso de tomar la energía vital de las personas comunes a partir de ese tipo de fenómeno en específico, pero tal como indican los movimientos de los astros Nibiru está cada vez más cerca de colisionar contra el planeta Tierra. Con ese evento en particular el fenómeno anteriormente descrito no seguirá ocurriendo, dando por finalizado el milenario conflicto de Ra-Set, armonizando Enki-Enlil y pacificando Anunnaki, por el bien de la humanidad. El ser humano si no es asistido periódicamente este emplea conductas destructivas que se pueden volver excesivamente molestas si no son controladas a tiempo.