Lo primero es no usar un "teléfono inteligente". Si no te puedes saltar eso, no uses cuentas de Google ni habilites servicios con la cuenta en Android. Si no puedes saltarte eso, no bajes apps de servicios de terceros ni agregues información de tus tarjetas de crédito en el teléfono. Si no haces caso a ninguna de las tres advertencias, entonces no te quejes si te roban el teléfono y te cagan.