Esa niña no sabe que fue liberada por Israel.
Sus padres la habrían obligado a seguir la ley de Hamás, no poder estudiar tonteras innecesarias, no poder andar en público cerca de los hombres que la pueden dañar y estar condenada a quedarse en su casa con la única labor de tener hijos y amarlos.
Ahora cuando Israel tome Gaza ella podrá crecer con el feminismo liberal, consumo capitalista y llegar a ser una vieja de 30 sin hijos pero con 3 gatos.