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Claro que hay influencia cultural. No hay ningún político argentino con ese carisma después de Menem. En los medios, hay un antes y después de Trump. Cosa de ver que el soyero nefasto ése lo compara con Hitler, el tipo es gritón y ejerce intencionadamente un histronismo claro. Ni Bolsonaro tiene ese carisma.
También, muchos recuerdan cómo las viejas cuando estaba Bachelet, hacían cierto esfuerzo por parecerse a ella. Alfredo Jocelyn Holt dijo eso mismo de los empresarios medios, de los "yuppies", acá en Chile, que cuando estaba Piñera, derepente todos empezaron a tener tics y a parecerse a él.
El carácter de Milei va de la mano con una forma coyuntural de indignación mediante cierta intransigencia de derechas a las que no estábamos muy acostumbrados en las últimas décadas, por haber sido las "transiciones" del fin de la guerra fría y por ende lo que primaba eran democracias de centro basadas en los acuerdos. Los únicos intransigentes que querían hacerse notar eran los que exaltaban el MIR, fanáticos de la UP, epígonos de la Gladys Marín y gente así, pero nadie los tomaba en serio y ni ellos insistían mucho.
Gladys Marín era una mujer de verdad eso sí, no una zurda caviar como la Vallejo.