Me llama la atención lo que pasa con el humor chileno. Se usa mucho la picardía (obscenidad, garabatos) y funciona. Pero se sabe que hay una veta sin explorar que es el humor más cerebral y ningún escritor o guionista ha estado a la altura de explotarlo. Para mi lo más cercano que se estuvo fue cuando en el show de Miguelito le hicieron una parodia al presidente. De la misma forma, el otro que ha logrado apenas raspar el potencial del humor cerebral ha sido Kramer con sus interpretaciones de Zalaquet (al que directamente le safó un tornillo en vivo) y a Piñera (que tiene una historia aparte que no conozco al detalle.
Copano chico debería haber sido capaz de poder aprovechar ese universo, pero no ha podido, tal vez el formato no le favorece.