Cuando falleció mi papá empezaron a romperse las cosas de la casa, pero solo durante un tiempo. Luego cuando falleció mi mamá pasó lo mismo, pero más benigno. Onda en vez de caerse una taza o un plato de la mesa, se caía la bolsa del pan, o una libreta o qué sé yo.
Eso siempre me ha hecho pensar que quizá y solo quizá estamos siendo constantemente "penados" por los muertos en nuestro día a día, pero con cosas tan chicas y sin importancia que no nos damos cuenta.