>>20678
Anda a darte una vuelta a esas "ferias" otaku esporádicas que hacen en algunas plazas. Siempre ves parejas con un coche o con un cabro chico.
Lo de los flaites reguetoneros, ahí sí que no sé de dónde salió esa moda. Pienso que algo tiene que ver el hecho de que el flaite cree que toma estatus social por tener Netflix, Disney y todas esas weás, entonces cuando te encuentras un flaite de esos puedes comprobar que se han visto cientos de películas de Netflix y series, entre ellas anime. ¿Flaites con poleras de Dragon Ball y One Piece? LLenísimo.
La verdad es que eso de que en algún momento se haya juntado el regueton con el anime, no sé dónde salió pero es un hecho. Incluso hay una canción de un grupo de un negro que se llama "baby otaku" y una vez una prima chica apareció con una polera de un mono chino y empezó a mover el poto y me dijo "mira mi polera, soy reguetonera". Le pregunté por qué relacionaba el mono de anime con el reguetón pero no supo decirme y me dio una respuesta genérica como de que "era así".
Los demás son triviales. Por más que el anime se caracterice por tener un componente decadente, por más para cabros chicos que sea la serie, no dejan de ser monos y por eso para los pendejos es una especie de transición entre sus fantasías infantiles y la decadencia de la vida adulta. Dado que la etapa infantil se ha alargado hasta como los 40 (por diversos motivos que no vienen al caso como la proliferación de aficiones posibles, la precarización laboral, el empoderamiento de la mujer, etc.), todas estas formas se vuelven repertorios para hacer cualquier cosa que le interese al mayor de edad y de ahí hay un paso para que las minas irl adopten las constantes sexualizadas del anime.
Flaites tirados a góticos, la misma weá. Pegados en un mundo de fantasía, quieren llamar la atención como raritos y emocionales y qué mejor que sacar sus pintas de películas y monos chinos. Máxime si son medios pobretones y solo tienen Netflix y Torrents para encontrar sus referencias (porque estamos claros que si tuvieran plata para ir los fin de semana a esquiar o a no sé qué parcela del bolas tristes en Pucón, no andarían pajeándose con weás raras).
TLDR: Es cosa de pensar quiénes son los consumidores de eso.