Me acercaría con mi mirada de cazador al acecho y con mi mano derecha le agarraría los genitales a la Emilia, la miraría a los ojos como halcón a su presa, la paralizaría con mi mirada y le diría con voz suave “si no tuvieras esta ricura entre tus piernas, yo no sentiría esta pasión animal que ahora mismo tengo hacía ti, es carnal y es sexual pero no es porque seas mujer, no lo eres y ¿sabes qué? me encantas así”, finalmente la besaría en sus labios.