Una vez unos viejos en paso de zebra me iban a empezar a putear porque pensaban que no iba a parar pero sí lo hice y me agradecieron, justo antes de que por atrás viniese un simion a tocarme la bocina y adelantarme, pasando rajao por el paso de zebra y el viejo se puso a putearlo por mí.
Fue como chocar sables entre basados