La Udi logró el objetivo de dividir y conquistar.
Al principio los políticos de todos los partidos fueron la wea más cuestionada y despreciada por la población. Pero empezaron con sus divisiones culias y lograron convertir los movimientos sociales en una peleita absurda de fachos contra zurdos.
Yo que me las pasé viendo tele para el estallido recuerdo claramente como se logró de a poco con cada aparición de Ena Von Baer (que fue de las pocas que dio la cara al principio) en los matinales, con los chupalecos amarillos y su identificación con la paz y el orden, y la criminalización de las protestas, pasar (los poderosos) de verse en la obligación de hacer un mea culpa, llamando al mundo empresarial a mejorar los sueldos de sus trabajadores, a culpar de la mala economía a un hueón que rompió un semáforo en la calle de puro emputecido, o a señalar como violencia una estatua de un perro.
A mí sinceramente me raja el ano que se dejara de cuestionar a los empresarios de este país. Porque creo firmemente que el estallido nunca hubiese ocurrido siquiera en un Chile con mejores sueldos.
El alza del metro se hubiese tomado como algo totalmente razonable y abordable aún con todo lo hocicones y jactanciosos de los ministros de Piñera que ya de por sí tenían ardidos a muchos.