A los 37 (36 años) ya eres un anciano, ya debes tener nietos o vas a tener nietos aunque sea ya tarde para verlos crecer, ya has sido veterano de alguna guerra o alguna cruzada y sobrevivido a alguna plaga o enfermedad, tú cuerpo ya no es el de antes, por las cicatrices de batallas y esfuerzo, ya no puedes forjar espadas en la forja de tu padre, esperas que tu hijo mayor sea el nuevo herrero del pueblo y tú estás listo para el retiro, quizás fuera del pueblo, en las montañas frente al río, quizás darle algunos últimos consejos a tus hijos y nietos para poder partir al encuentro con nuestro señor Jesucristo.