Oh pero que buena se ve esa once, me recuerda cuando niño íbamos de visita donde mis abuelos y se armaba una mesa bien grande para todos con harta comida. Los grandes conversaban cosas de grandes, y yo solo me dedicaba a comer como chancho.
Después seguían haciendo sobremesa, tiraban tallas, todos se reían y yo me reía con ellos, aunque muchas veces no entendía para nada la talla.
Buenos tiempos, me dio nostalgia de esa bella época donde todo era más familiar.