Tengan mucho cuidado al ver esta serie, ya que emite una energía verdaderamente maligna. Pongan atención y notarán que cada vez que entran en el trance hipnótico que provoca (3+ episodios semi seguidos) comenzarán a tener una extraña racha de mala suerte sutil, y no tan sutil a medida que avanzan en la serie.
The Office logra exitosamente programar en la mente del espectador el concepto gringo de una vida "quaint", que vendría siendo algo como una vida pequeña, conformista, humilde y resignada, lo que conlleva un supuesto carisma. Una mediocridad absoluta, en todo ámbito, comenzará a ingresar a sus vidas en muy poco tiempo. Los que la han visto hagan memoria y recordarán que el periodo de sus vidas en donde vieron la serie fue un periodo penca, fome y de energía apestada.
Han sido advertidos.