Nos vestimos con trajes de gala para celebrar los 73 años de un prócer de las bajas frecuencias, de Chile para el mundo. Hablamos de Ernesto Holman, una figura pivotal en el desarrollo del jazz y la música de vanguardia en territorio chileno y a nivel sudamericano.
Licenciado en Composición Docta, la carrera de Holman se nutre de momentos determinantes, partiendo por su interés en el bajo antes de los 20 años, primero inspirado por Horacio Saavedra (entonces bajista del grupo chileno Los Tickets). Poco después, y con los discos de Cream a su alcance, Jack Bruce sería toda una revelación para Holman, quien empezaría a dominar el instrumento, culminando la búsqueda de su modelo artístico en una figura definitiva: Jaco Pastorius.
Tras la incursión en la música docta como compositor de obras de cámara y similares, 1980 sería un año determinante en la carrera de Ernesto. Su llegada a Congreso sería decisiva en todo aspecto; la banda necesitaba renovar su propuesta sonora y Pancho Sazo tuvo que ceder su lugar a Joe Vasconcelos para completar sus estudios de Filosofía en Bélgica.
En el caso de Holman, su llegada en reemplazo de Fernando Hurtado marca un punto angular con su distintivo sonoro. Como resultado de lo anterior, la trilogía compuesta por "Viaje por la Cresta del Mundo" (1981), "Ha llegado carta" (1983) y "Pájaros de Arcilla" (1984) le dio a Congreso un nuevo ropaje, menos ligado al rock folklórico de antaño y más cercano al jazz-rock. Otra energía para una década de altas turbulencias para la música de vanguardia.
Tras su breve, pero fructífero paso por el histórico grupo de Quilpué, Holman emprende en 1987 una carrera en solitario con primera parada en New York, donde alcanzó a compartir con Jaco Pastorius en sus últimos días. De ahí salió el LP debut "Pájaro sobre las casas", al mismo tiempo que su paso por Nexus y New Jazz Trío sellarían su primera y única aventura en el género a nivel nacional.
Con un CV extenso y rico en estilos, Holman dedicó las últimas dos décadas a explorar la cosmovisión mapuche, estudiando las rítmicas y sonoridades de instrumentos como la trutruka y el kultrún. Al fusionar los elementos mencionados con música electrónica y jazz, Holman desarrolló un estilo singular al que suele llamar "etnojazz", el cual profesa y defiende un pensamiento arraigado respecto al pulso rítmico que caracteriza la identidad musical del hemisferio sur.
Con su más reciente producción bajo el brazo titulado "We Adkintun (Nueva Etapa)", el nombre Ernesto Holman es punto obligado cuando hablamos de figuras de renombre en el bajo eléctrico a nivel local, junto a Jorge Campos, Cristian Gálvez y Pablo Lecaros.
Sin duda, un pionero que a sus 73 años rinde con una claridad interestelar.
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