Un hueón con el que apenas hablaba en la media me pidió que le dijera a mi jefe "si invertía en ellos". El hueón pitiao, sin saber dónde trabajaba, qué tipo de hueón era mi jefe o siquiera si yo era cercano a él.
Le mentí y le dije "dijo que no".
"Jaja, entonces... que se vaya a la chucha tu jefe!" me dijo, y no me habló más.