A mí me gustan un montón, pero se volvió algo impráctico, tengo jodido el corazón y cada vez que lo hacía me dolía más el pecho. No lo hago porque quiero vivir. En realidad no las necesitó para nada, es como una paja, es divertido, pero si la paja te priva a largo plazo de otros placeres como comer o ver monas chinas, sopesas.
Lo hice por muchos años de manera desenfrenada, ahora pago las consecuencias. También las pagarás más tarde que yo o más temprano, pero de que te jode algo, te jode. Por ejemplo, a un conocido no le funciona el soldado, otro quedo rayado y es esquizo, lo visito a veces en casa de su madre.
No las necesitas para nada, al principio cuando las dejas las pasas mal, te hacen falta, ni siquiera te puedes concentrar, pero después simplemente te olvidas porque remplazas la actividad con otras. Aunque aún recuerdo el placer que sentía, el dolor de la taquicardia constante me recuerda que no vale la pena. Fin.