El autismo, o trastorno del espectro autista (TEA), es una condición del neurodesarrollo que afecta la forma en que una persona se comunica, interactúa socialmente y percibe el mundo. El término "espectro" se utiliza porque hay una amplia variabilidad en las manifestaciones y niveles de apoyo que cada persona puede requerir. Algunas personas autistas pueden necesitar ayuda significativa en su vida diaria, mientras que otras pueden vivir de manera completamente independiente.
Los síntomas del autismo suelen aparecer en los primeros años de vida y pueden incluir dificultades en la comunicación verbal y no verbal, comportamientos repetitivos, intereses restringidos y una sensibilidad inusual a estímulos sensoriales. Sin embargo, muchas personas autistas también presentan habilidades excepcionales en áreas como la memoria, las matemáticas, la música o el arte. Es fundamental comprender que el autismo no es una enfermedad, sino una forma diferente de procesar la información y relacionarse con el entorno.
La inclusión y el respeto son aspectos clave para mejorar la calidad de vida de las personas autistas. En los últimos años, ha habido un creciente reconocimiento de la importancia de adaptar la sociedad para que sea más accesible y comprensiva con la neurodiversidad. La educación, la sensibilización y el apoyo adecuado pueden marcar una gran diferencia, ayudando a que cada persona autista pueda desarrollar su potencial en un entorno que valore sus fortalezas y respete sus desafíos.